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Primeros Meses Juntos


Entre la emoción del compromiso, los preparativos de boda y la luna de miel, a la pareja recién casada se le olvida algo muy importante; están a punto de compartir el mismo techo con una persona de costumbres, educación, criterios, actitudes, gustos y modos de actuar totalmente diferentes a las suyas. Esto quiere decir que los esposos llegan a su nuevo hogar sin imaginarse la serie de desacuerdos y crisis emocionales que se presentarán en los primeros meses de matrimonio. Creen que la dificultad de los primeros meses radica en la diferencia de opiniones que se van dando en la cotidianidad. Pero el verdadero problema no es la pasta de dientes escurrida en el lavamanos, la ropa sucia en el piso o la elección del color de la casa, el problema es no saber establecer acuerdos sobre cómo diferir sin herir los sentimientos del otro.

Para poder encontrar estrategias adecuadas en estas crisis emocionales, deben poner en práctica ciertas habilidades, tanto en las confrontaciones como en los momentos serenos. Pero ¿cuáles son esas habilidades emocionales?

  • Autoregulación- ¡No se dejen arrastrar por sus emociones! Identifiquen sus sentimientos en el momento en el que entran en una discusión, pregúntense que ideas tienen en torno a esa emoción que experimentan, recuerden cómo han reaccionado anteriormente frente a esa emoción y las consecuencias que les ha traído no haber sabido manejarla con inteligencia, por último, establezcan posibles métodos que podrían utilizar para manejar la emoción sin llegar a una crisis emocional. Recuerden que ser conscientes y reconocer un humor desagradable es sentir el deseo de superarlo.

  • Comunicación- Si quieren comunicarse algo que les perturba, mantengan el diálogo en el plano de la queja específica sin convertirlo en un ataque personal. Es decir, critiquen la acción, no a su pareja. Mantengan una comunicación abierta, sin intimidación, insultos o amenazas. Si la intensidad de la emoción es muy elevada en alguno de ustedes, sepárense unos veinte minutos para calmarse antes de reanudar la discusión. Tengan en cuenta que el periodo de reflexión no servirá si ese tiempo se utiliza para continuar la serie de pensamientos provocadores de enojo.

  • Empatía- Observen las reacciones verbales y no verbales de su pareja al experimentar una emoción, así aprenderán a intuir sus sentimientos. El ser capaces de intuir lo que el otro siente es importante para lograr entender lo que el otro quiere.

  • Negociación- Recuerden que los conflictos ocurren cuando sus deseos u opiniones son diferentes. Para solucionar el conflicto reconozcan los deseos y necesidades de cada integrante, así como el objetivo que tienen en común. Centren su atención en las necesidades, no en los deseos. Comenten posibles soluciones al conflicto sin criticar al otro. Lleven a la práctica la opción seleccionada por los dos, elijan la opción que contenga más elementos de ganar-ganar.

No queden atrapados en el ciclo de la crítica, practiquen estas habilidades en su vida diaria para calmarse mutuamente y evitar los asaltos emocionales que se presentan en los primeros meses de matrimonio.

Y aunque un mal hábito no es la causa directa de una ruptura, puede ser un factor importante; como una olla de presión, que cuando le suben al fuego, hierve y eventualmente explota.

Para eso “pequeños problemas”, prácticas soluciones:

Pasta de dientes apachurrada (DOS PASTAS DE DIENTES PARA CADA QUIEN)

Ronquidos (APARATO PARA LA NARIZ O TAPONES DE LOS OIDOS)

Tapa del baño (PEDAL PARA LEVANTAR Y BAJAR LA TAPA)

Cabellos en la regadera (Mallita para cubrir el desagüe)

“Las pequeñas concesiones son lo que nos mantiene unidos…Las pequeñas faltas de consideración son lo que nos separa” Marty Tashman

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